LA HUMANIZACIÓN CORPORATIVA consiste en dotar a las empresas de las herramientas intelectuales y emocionales para obtener un sistema humano psicológicamente saludable y sostenible.
Cada año las empresas pierden a nivel mundial un 30% de su economÍa a causa de los trastornos por depresión y ansiedad y el estrés afecta al 51% de los trabajadores. Por otra parte, la OMS alerta que la depresión y la ansiedad serán la primera causa de baja laboral en el 2020 en España.
No solamente hemos normalizado el estrés, incluso hemos llegado a aceptarlo como un indicador personal de productividad sin tener el cuenta los graves efectos que tiene mantener el cortisol (hormona relacionada con el estrés) alto de manera prolongada. Problemas en el metabolismo, cardiacos, en la piel y por supuesto declive mental y problemas psicológicos como la depresión.
Es curioso observar a muchos profesionales “presumir” de sus niveles de estrés como si estar constantemente ocupados aumentara su valor profesional. Se podría decir, que este es ya un paradigma obsoleto. La nueva riqueza no es el dinero, sino el tiempo.
Para llegar al punto óptimo de productividad sostenible en el tiempo, es decir otorgándole la importancia requerida al ocio y descanso, hay que priorizar el estado cualitativo de la persona; autenticidad, expresión de la propia identidad y los talentos, capacidad relacional, mindset positivo, hábitos saludable, autoconocimiento y autoconsciencia… Estás son algunas de las capacidades que las empresas deben potenciar para tener personas en sus equipos de trabajo preparadas para las empresas del futuro.
Las organizaciones tenemos una gran responsabilidad en el colectivo y éste está pidiendo a gritos un cambio de valores y prioridades. Hay que dejar paso a un estilo de vida menos sofisticado, más humanista, apoyándonos en la tecnología como medio facilitador de vida pero volviendo a la esencia de lo realmente importante para las personas; las personas.
Por lo tanto, al igual que la RSC, es hora de incluir un plan de Humanización Corporativa real y permanente y no parches formativos o procesos de coaching aislados. Es preciso un proyecto global y constante que enmarque el ecosistema humano que compone una empresa.
Por Inma Brea