El ser humano, como el entero Universo, es una mezcla de materia y de energía, los átomos que le componen están en continuo movimiento y tienen interconexión con todos los otros átomos que le rodean. Las resonancias y el magnetismo atómico hacen que nos sintamos más o menos en armonía con las personas y el entorno.
Para encontrar la armonía con lo que nos rodea tenemos que crear una armonía interior, y esto pasa por tener conciencia de nosotros mismos y por encontrar confianza.
Cuando conseguimos conciencia y confianza, a través de ondas, armonizamos nuestros átomos y nuestro campo electromagnético de manera coherente. Esto significa que creamos armonía o desarmonía, dependiendo de nuestro estado de conciencia y cuanto más conciencia tenemos de nosotros mismos, tanto más podremos tener conciencia del Universo entero.
Karl Pribran, neurocirujano, tras estudiar la memoria y el cerebro, concluye que este funciona como un holograma por el cual “cada parte contiene al todo y el todo está contenido en cada parte”.
Pribran sostiene que el ser humano puede acceder a la que el llama “esfera de frecuencia holística”, ¡que trasciende los límites del espacio y del tiempo! (En mi precedente articulo “El Progreso más humano” puede leer más información al respecto).
Nuestros distintos estados de conciencia mezclan pasado, presente, futuro, condicionan las emociones y modifican las percepciones de las experiencias y del tiempo dilatándolo o acortándolo.
El presente es ya pasado y el futuro es ya presente en una sucesión continua. ¡El presente dura un nanosegundo! El presente es tan breve que una falta de armonía del estado de conciencia no nos permite vivirlo llenamente.
Tenemos que resonar con nuestro entorno, personas o naturaleza, explotar al máximo nuestros sentidos , conectar creando empatía y confianza, vivir plenamente el momento fugaz.
Origen: Analytiks